Despues de haber amado, amaré

Si alguna vez después de haber amado, amaré, seguro volverán los sentimientos a atravesar la piel...
Aún no siento cansancio por buscar una mujer verdadera, si cuando llegue merece la pena entregarle la vida entera, una mujer, amiga, amante y compañera, profunda como la vida y natural como la madera, que sea capaz de parar el tiempo para perderme en sus caderas, que entienda mis sentimientos como si ella los sintiera, que no se sienta ajena si en su oreja caliente, le cuento lo que mi ser la desea…
Que no entienda de enfados ni de complicaciones, y que siempre entre nosotros encuentre las mejores razones, que pase si le comen la cabeza con mil cuentos, porque el amor que le daré, será mi mejor argumento.
Una mujer, sencilla, dulce, sonriente y calmada, que merezca la pena mirarla durante horas, cuando duerme en su almohada, que sea la mujer más bella hasta recién levantada, y que justo después de la ducha su olor delate su llegada. Que haga inolvidable junto a ella todas las madrugadas, esa que convertirá en valiosas todas las lágrimas derramadas, y que me hará sonreír a la vida, como si nada malo pasara.
Que sea una amiga que escuche lo que le digo, y que encuentre en mí, lo mismo que de ella pido, esa que en una mirada sabrá lo que me pasa, porque cuando ella me mire, quiero sentirme como en casa.
Esa mujer sabrá que me muero por ella y estará segura de sus ideas, pero por más que pase el tiempo, que nunca se lo crea, que merezca la pena hacerle el amor después de cada pelea, que sepa lo grande que es por dentro y que no le importe lo que en el espejo vea.
Amante que me recorra el cuerpo como si fuese ciega, y que me excite los poros como si un mapa de braille fuera, que empape mi cuerpo en el alcohol que destila su piel y que con la chispa de su mirada me haga arder de placer. Atractiva sin piel ni caderas, porque seré dependiente de su cuerpo aunque no lo vea, que su sencillez sea igual de grande que su madurez, y que todo ello sea la clave que me haga estremecer.
Una mujer para casi una vida, medicina y remedio para todas mis heridas, que haga cada día más grande lo que puedo sentir, porque con ella es con la única que lo pienso compartir, que no tenga miedo del resto de las mujeres, porque ella es la única flor, que tiene el aroma que mi ser prefiere.
Mujer que mi espera merece, que vivo mi vida mientras pienso a veces; busco y espero un amor de verdad, que aunque a veces me haga ser esclavo, sea más valioso que mi libertad. Que si dicen que hay amores que matan, no habrá muerte más bonita, porque compartir la vida con esa mujer, es lo único que este hombre necesita. Por eso dame mujer libertad, para que este humilde hombre te quiera, que no me importara ser preso de tu ser, si la prisión es una vida a tu vera.