No pretendas que te llame cariño o corazón, entre nosotros sin explotar solo hay atracción. Lo nuestro es pura química, que sin mezclar es medicina, pero yo para curarme necesito hacerte el amor en la cocina. Y si me fijo en ti es porque eres mejor que normal, eres diferente, justo la clase de mujer que me hace olvidar que existe más gente. Sigo teniendo el poder, aunque me niegues más que judas, porque de nuestra conexión yo soy el que no tiene dudas.
No soy guapo, adinerado, ni atractivo, pero quizás mi peor defecto, es que quiero dormir contigo. Deja de gritarle al mundo que quieres tenerme lejos, porque voy a clavarme en tu vida como te coja baja de reflejos. Ni siquiera te creas dueña de tu vida, es algo que te puedo robar si te cojo distraída.
Ya se que estás cansada de carreras de razón, por eso te invito a derramar el corazón. Te preguntarás porque gasto en ti mi tinta, después de tanto tiempo, pero hoy te puedo confesar, que un trozo de ti siempre estuvo dentro. Pero no leas más allá de estas letras, son palabras de un majareta, de un hombre que se vuelve loco cuando se quita la careta, de ese que cuando te rifabas, compraba todas las papeletas y que cambio tus instrucciones por una bolsa de piruletas.
Aunque leas y todo rime, lo que busco no es estética, lo que quiero es darle rienda suelta a esta atracción magnética.
Y con que leas y rías, ya lo habré conseguido, porque hace ya diez rimas, que te tengo hecha un lío. Y no te pongas vanidosa, porque te coma la oreja, yo soy el que ve, como tu falta de interés se aleja. Si te preguntas donde está el de antes, el que se raya con el amor, sigue aquí dentro, dispuesto a entregar el corazón, pero prefiero que me engatuses, antes de entregarme sin razón.
Tengo funcionando a tus ojos y a cada neurona de tu mente, ahora demuéstrame que la piel también está presente; quítate ese vestido mono que vistes en la revista, hoy te traje mi piel y quiero que con ella te vistas, y si esto te suena fuerte, la peor idea queda pendiente, pienso besarte y morderte hasta quedarme sin labios ni dientes.
No quiero parar de escribir, ni siquiera tengo pereza, la inspiración no se acaba, si pasas por mi cabeza. No te hagas la fuerte nena, déjate impresionar, que ya se acaba la tinta,y lo mejor esta sin contar.
Me voy a despedir, aunque esto no se acaba, voy a cambiar la pluma por la almohada, a soñar que me levanto y a mi lado estás despeinada, como una verdadera mujer, natural y desmaquillada, clavada en mí como una puñalada, y que recién levantados nos traicionen las miradas. Creo que me despido sin dejar ninguna pregunta en el aire, porque la respuesta hace tiempo que la sabes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario