He intentando esconderme tantas veces, que al final terminé
descubierto, he soñado tantas veces, que aprendí a vivir despierto, he buscado
tantas veces un lugar seguro, que al final, escribí mil historias mientras mi
garganta se hacía un nudo.
He querido ser valiente, he querido ser romántico, he
querido ser paciente, y hasta a veces melancólico, y vosotros, con vuestra
sensibilidad, me lo habéis permitido, os debo todas las formas en las que me
puedo expresar, y todo esto que comparto y por lo que me siento vivo.
Sois vosotros, vuestra complicidad y vuestra empatía, las
que hacen que esto merezca la pena, sois lo vivo de esta vida, la clase de
personas que marcan la diferencia. Sois el juguete de un niño, el protagonismo
del actor, la caballerosidad del galante, y todo eso que una vez me leísteis y
me hizo salir adelante.
Sois mi apoyo, mis visitas y mi recompensa, saber que lo que
yo expreso, hay alguien más que lo piensa, jugar a ser poeta con vuestros
elogios, compartir con vosotros todos mis antojos, mostraros mis amores y mis
desdichas, y aquella vez que me comieron
y se contaron 20 con mi ficha, sois todo, mi alimento y mi recompensa, todas
esas personas que me regalasteis leyéndome, vuestra preciada paciencia.
Esta es la entrada 100 y a vosotros os la dedico, por
vuestra sensibilidad y por leer todo lo que he escrito, porque me imagino un
mundo lleno de personas como vosotros, porque ojalá no tengáis que volver aquí
con el corazón roto, porque vuestra sensibilidad es digna de ser cuidada,
porque el motor de nuestras emociones es lo que le da a esta vida alas.
Cesto que escribo os doy las gracias, y aunque esto es solo
un blog, espero que os sintáis como en casa.
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