Escribo y escribo sentimientos indescriptibles, sobre la vida y el romanticismo de los cuentos de hadas, me siento con una buena canción y dejo que mi mente abra sus alas, derramando mi poética visión en un papel lleno de frases maquilladas. Pero sin duda mi mayor placer siempre está en los momentos que me dejan sin palabras, cuando me siento desnudo ante el ruido del silencio y mi mente se centra en el palpitar del corazón que llevo dentro.
Es justo en ese silencio donde mi cuerpo y mi mente dialogan, y se ríen de la última mujer por la que casi mi vida se ahoga, mientras mi mente le pregunta a mi corazón en quién piensa ahora.
Llevan una vida juntos y apenas se entienden, como una buena pareja los dos son uno, pero siempre diferentes. Mi corazón siempre pensado en el romanticismo y en un amor para siempre, mientras mi mente se encarga de convertir a este hombre en alguien diferente, soporta las cargas emocionales, y para al corazón en sus cruzadas irracionales. Mente que precisamente disfruta cuando lo ve palpitar como un niño, y se siente bien cuando ve que recibe el ansiado cariño, cuando palpita fuerte ella se llena de dopamina, y es justo en ese momento cuando la sonrisa en mi cara se ilumina.
No te creas por esto que es mi mente la que manda, a veces ella también se viene abajo, y es ahí cuando el corazón lleno de ilusión hace su trabajo, su coraje y fuerza me hacen andar con sus instintos más primarios, y eso no tiene explicación con ninguna palabra del diccionario.
Ahora que ambos se sientan tranquilos, parece que a esto de la vida le voy cogiendo el tranquillo. Para mí que hacen buena pareja, juntos forman un hombre del que me siento orgulloso y no tengo queja, ya ves, me tocaba regalarme aún más la oreja.
Han sufrido mucho y han vivido momentos memorables, juntos le dan sentido a una unión que hacen a este hombre inquebrantable. Un corazón lleno de cicatrices, fuerte y con coraje, con un valor que escapa a la descripción del lenguaje, y una mente donde guardo cada uno de mis aprendizajes, llena de recuerdos y de momentos inolvidables, que guarda los errores para no volver a cometerlos en el viaje.
Si en algo se basa todo esto que escribo, es en que la mente consiga dictar lo que el corazón ha sentido, ambos se encuentran en el silencio tranquilos y hablan en un lenguaje que si no eres yo, te sonará desconocido. Unas veces de un amor y otras de un amigo, a veces han hablado de cosas que ni yo mismo he entendido, y solo con el tiempo les he encontrado el sentido.
Todos llevamos a dos amigos como los míos dentro, que juntos te hacen vivir, aunque entre ellos a veces haya enfrentamientos, son dos compañeros que tendremos toda la vida, dos amigos con los que siempre podrás contar cuando tu vida creas perdida.
Un día descubrirás que tu corazón está hecho a prueba de amores y dolores, y que tu mente es más poderosa que mil ordenadores, solo cree en ti, como creen en Dios tantos oradores, porque la fe en uno mismo, es la clave de los ganadores.
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