El Bachi es un personaje pintoresco, fácilmente diferenciable entre el resto, vive en una casa pequeña con un jardín muy grande, y tiene un huerto sembrado por si algún día le entra hambre, eso no suele pasar todos los días, porque en el alcohol encuentra su vida perdida.
Canta, baila y hace vida detrás de una barra, desde la que grita ¡BACHI! Cuando quiere otra jarra, es bajito, calvo, canoso o con barba, y si te echa el aliento le tendrás que dar la espalda.
Se sabe canciones tradicionales, folclóricas y populares, se las sabe de dibujos animados y le gustan los animales, monta un caballo parecido al de pipi, y una vez tuvo un sobrino que su mujer le llamaba “el litri”.
Tiene el campo en la palma de su mano, y a pesar de sus vicios, de todos nosotros es el más humano, tiene callos y callos por culpa del trabajo, y a veces cuando se viste parece un espanta pájaros.
Llena su ropa con huesos y pellejo, a veces no se le ve venir ni de cerca, ni de lejos, es un pobre olvidado de la sociedad, de esos que solo nos acordamos por navidad, un pobre huérfano que nadie llegó a adoptar, una vida que se termino por desperdiciar.
Es tan introvertido que no sabe conquistar a las mujeres, aunque en un bar de luces descubrió hace tiempo sus placeres, a veces se le tacha de baboso, cuando de cerveza caliente solo le queda el poso, todas piensan que es el hombre que no sabe amar, pero a su madre que es la mejor mujer que conoció, no la puede olvidar.
Es victima de sus miedos, debilidades y pasado, y para colmo no tiene ni un solo apoyo a su lado, para muchos es un personaje que con 4 copas se vuelve un pesado, para otros simplemente ese hombre detrás de una barra olvidado.
Es una historieta que contar de borrachera, es el chiste fácil para cuatro pueblerinos sin mollera, es tan simple y noble como los animales, es el que no necesita disfraz en carnavales.
Es un hombre triste, solitario y vacío, sin brazos que le den calor cuando como nosotros pasa frío, es un olvidado por el que a todos se nos tenia que caer la cara de vergüenza, ese al que nadie le tiende su ayuda aunque se la merezca, una victima de esta sociedad que entre todos hacemos posible, maltratando al débil con nuestros miedos irreconocibles.
Es un personaje que hoy merece mis letras, tan bueno que para vivir no necesita como tu las mentiras o una careta, sencillo como un palillo en la boca, natural como cuando un caballo trota, leal como un amigo de verdad, trabajador como el caballo que le ayuda a arar, cariñoso cuando te dejas abrazar, y emocionante cuando lo ves llorar.
Puedes tomar como excusa todo lo malo que de él he dicho, pero no pasa de tres o cuatro vicios, yo de lo que aprenderé será de su interior rico, ese que aunque te lo propongas para conseguirlo necesitaras un siglo, porque si algo a él le sobra y a ti te faltara, es un GRAN CORAZÓN lleno de HUMILDAD.
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