Te fuiste como algo valioso que se me escapaba entre los
dedos, dejando estos suspiros en los que aún te deseo, te fuiste como solo se
van las personas especiales, dejándome estas ganas que me dan tanto coraje, te
fuiste y aún queriendo no te alcancé, te fuiste y como dice Fito “me equivocaría
otra vez”
Te has ido pero no me olvido, de aquella noche sin sentido,
de aquella noche que se me ha vuelto imborrable, donde debía acostarme temprano
pero al final se nos hizo tarde, no puedo olvidar la primera carcajada, aquella
que por tu culpa solté porque estabas sembrada, no puedo olvidar la niña morena
que se escondía tras sus gafas, porque le daba vergüenza mirarme a la cara, no puedo
olvidar ese arito que lucías tan perfecto, no te puedo olvidar ni a estas horas,
ni después de todo ésto.
Y será que a mí también me encanta Carrasco, “que si te vas
con tu sonrisa me quedo”, será que aunque no me hagas caso, no puedo negar lo
que siento.
Estoy aquí sin saber muy bien lo que hago, queriendo
llamarte a voces aún a sabiendas que ya estás en otros brazos, y es que
encontré en ti aquello que buscaba, eso que por instantes fue todo y que ahora
es menos que nada.
Deseo aceptar la derrota y digerir que esto se acaba, pero
se que eso no será posible mientras seas mi último pensamiento antes de irme a
la cama, no puedo engañarme ni quiero, por eso a pesar de todo te echo tanto de
menos.
Echo de menos las sonrisas y que formases parte de mi mejor
momento, echo de menos tus buenos días y tus buenas noches feo, echo de menos
que fueses la cúspide en la felicidad de mi vida, te echo de menos a ti pequeña
mía.
Queda claro hasta donde llega esto, por eso intento derramar
aquí todo lo que siento, en un intento por quedarme vacío, dejo todos mis
sentimientos en lo que escribo, deseando que la vida nos cruce dentro de mucho
tiempo, y que nos sonriamos sin todo esto que me quema por dentro, que nos
podamos mirar a los ojos sin esta distancia absurda que nos separa, porque si
algo me duele de verdad, es que se nos escapa hasta una amistad sana.
La vida nos cruzó no solo en dos momentos distintos, parece
que nuestros universos ni siquiera eran los mismos, y probablemente fueran mis
ganas o algo que en ti encontré, pero por un instante cuando te acurrucaste en
mi pecho, sentí que nuestros corazones latían a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario